lunes, 13 de diciembre de 2021

COLISEO

 

En tiempos de Vespasiano

en setenta antes de Cristo,

nunca estuvo mejor visto

construir un circo romano;

Tito echó la última mano

para terminar con la obra

que hoy a todo el mundo asombra.

Pero por aquellos tiempos

repletos de contratiempos,

para muchos fue una sombra.

 

Fueron cien días festivos

para su inauguración,

donde no faltó emoción

en quienes quedaron vivos;

aunque salieron altivos

los que no participaron,

y hubo quienes se salvaron

de competencias, tormentos,

al soplarle buenos vientos

y fue así que no expiraron.

 

Se troncharon muchas vidas

con eso de “pan y circo”,

lo dijo así Tracio Mirco

por tantas almas perdidas.

Se abrieron muchas heridas

y quedaron sinsabores,

más siguieron los dolores

durante muchos más años,

haciendo sentir extraños

a cristianos perdedores.

 

En sus arenas adversas

sucumbieron gladiadores,

animales... los mejores

y oposiciones diversas;

políticas, religiosas,

y de vida indiferente,

al estado omnipotente

que muy rudo castigaba

a quien no lo respetaba

o pensaba diferente.

 

Quinientos años no obstante

se utilizó el Coliseo,

hasta que entró en desaseo

por manoseo constante,

y un imperio muy errante

que fue perdiendo la gloria

según nos cuenta la historia

a la que estoy dando cuerpo

… y si surge un contratiempo

es por mi mala memoria.

 

 

 

Jorge Horacio Richino

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