jueves, 27 de septiembre de 2007

LA ESTRELLA DEL RENACER.




Llegas al final con las manos vacías,
con la confusión de no hallar el sentido;
sabes que la vida se va sin motivo
igual que las penas y las alegrías.

La historia discurre hasta el fin de los días
llevando consigo la cruz del olvido,
y sigues errante como un fugitivo
cargando tu mente de melancolías.

Quizás algún día termines pensando
que atado al pasado nunca zarparás
... y en algún destino te estén esperando.

Levanta tu ancla y comprobarás
que inconsciente el mundo prosigue girando
... pon rumbo a una estrella y renacerás.



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Jorge Horacio Richino
Buenos Aires, 12 de septiembre de 2007 
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EL ESPÍRITU DE UN LOCO




Siento deseos de escribir
aunque ya es de madrugada,
estas estrofas cargadas
de profundas emociones
y entregar mis sentimientos
a todos los corazones.

Expresar amor es bello
en cualquier forma que sea
y aunque agotado me vea
por lo entrado de las horas,
me siento igual motivado
para dejar ahora mismo
algún poema plasmado.

Es importante el instante
porque la noche me atrapa
con su magia y sus misterios,
haciendo renacer mi alma
igual que mi pensamiento
... por tanto no desfallezco
y continúo escribiendo.

Noche que sabe a nostalgia
de amores, fiestas y amigos,
de lugares bendecidos
por Dioses de las verbenas,
de copas, risas y besos,
de canciones y poemas
... pero también de tristezas
de un amor que dejó penas.

Por eso en este homenaje
que dedico a la poesía,
 intento alguna maestría
que me hagan llegar las musas
... para mostrarles mi amor
por tan hermosa expresión
que conmueve el sentimiento
y hace vibrar de emoción.

Rezo un canto, una plegaria
para que escuchen mi ruego,
pues quiero hacerles notar
que estoy cargado de fuego
… fuego de mis conmociones
que no me quiero llevar
y por tanto las deslizo
en forma de estas estrofas
para poderlas cantar.

Sabrá a gloria si siquiera
llegaran a su lectura
y aunque sencillas y puras
le encuentren algún sentido
con eso estaré cumplido
pues mi interés, que es muy poco,
podrá apreciar si es sensible
el corazón de quien lee
y descubre lo invisible
del "espíritu de un loco".




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domingo, 23 de septiembre de 2007

NOSTALGIAS DE UN FALSO AMOR



¿Es tal vez posible
que la mente recuerde con agrado
momentos hermosos transcurridos,
de falsas historias,
de instantes vividos,
que hoy la razón desea
puedan quedar en el olvido?

¿Es tal vez real
el amor del ser querido,
o se trata de una mera ilusión
que se dibuja en nuestro pensamiento
y no la puedes dejar ni por tormento,
o dolor que te provoque,
aunque el corazón se quede sin aliento?

¡Ay de aquellos
que vivieron engañados!
Porque en la misma plenitud creyeron
ser los dueños de una genuina historia
que el tiempo se ocupó de revelar,
dándole a cada cosa su lugar
aunque quiera rechazarla tu memoria.



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Jorge Horacio Richino

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viernes, 21 de septiembre de 2007

UN BARCO ENTRE LA BRUMA.- Narración poética.






Una tarde de cielo plomizo,
nublada, fría y ventosa,
nos vimos parados a la vera del mar.
El aire traía consigo
la melancólica bruma
cargada de misterios,
que con fuerza llegaba hasta nosotros
queriendo salir definitivamente
 de las sombras del océano.


Recuerdo que tomamos un camino costero
que nos llevó desde Necochea
hasta Costa Bonita.


A pesar del día gris y el tiempo tempestuoso,
dentro del automóvil disfrutábamos de ese paseo
un tanto umbrío por la falta de luz del astro rey
y la presencia de algunos oscuros nubarrones.


El camino era demasiado defectuoso
y fuimos sorteando muchas imperfecciones y curvas,
hacia uno y otro lado,
para finalmente llegar a un poblado de casas sencillas.


Fue allí, o tal vez muy cerca, que divisamos
a metros de la playa
el esqueleto de un barco hundido,
levemente inclinado hacia el lado de la costa
y totalmente corroído por el salitre marino,
como por los fuertes golpes del oleaje.


Bajamos del coche y en un pequeño médano
nos pusimos a contemplar el cuadro
que nos atrapaba por la majestuosidad
del mar y ese navío desolado dentro de él.
Recogimos de la arena algunas valvas de caracoles
y unas ramitas quemadas por el yodo y el salitre
también resecas por el sol… ausente en ese instante.


No sé si influenciados por el entorno
o por la soledad del lugar, de pronto
nos miramos de manera cómplice
percibiendo que estábamos disfrutando ese momento
que se presentaba tan solo para nosotros dos.


El viejo barco encallado daba un aspecto misterioso
y melancólico al escenario de la historia
que estábamos creando para nuestros recuerdos.


Nos besamos instintivamente
y nos abrazamos muy fuerte,
quedando así por un extenso lapso de tiempo,
mientras contemplábamos
la enorme figura de hierro oxidado
que seguía siendo castigada por el oleaje.


Finalmente reiniciamos el regreso a la ciudad
gozosos de estar unidos y felices.


El atardecer moría lentamente
y por el espejo retrovisor del auto
pude ver entre la bruma que cubría el aire,
aquel viejo navío clavado en la arena
y nuestras figuras que como fantasmas
vagaban abrazadas por esa costa
tan bella como misteriosa.


Puedo ahora decir que, en lo que a mi respecta, 
esa vivencia dejó clavada para siempre en mi alma
 la crónica de aquel maravilloso amor
que se vio enmarcado por un alucinante escenario
que selló con fuego ese hermoso instante de pasión.




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Autor: Jorge Horacio Richino – Buenos Aires 12 de
septiembre de 2007 – Todos los derechos reservados
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jueves, 13 de septiembre de 2007

PESCADORES DE LA MAR





Con los rostros curtidos por el viento, el sol y el salitre del mar,
con gesto adusto y la mirada alerta
los pescadores se internan en las aguas de su sino,
con la dura tarea de lograr el fruto diario de su destino.

Rogando siempre la calma de Poseidón
porque su trabajo puedan culminar,
agradeciendo el beneficio obtenido
y con la inmensa alegría de regresar al hogar.

Y allí encontrarse con lo más valioso
que es el abrazo de sus seres amados,
que en tanto rezaron a la Virgen del Carmen
porque su quehacer haya sido, por ella, custodiado.

Difícil oficio el de los hombres de mar
que para llevar a cabo su labor,
habrán de sortear infinidad de albures
mostrando siempre su temple y valor.

A pesar del duro oficio nunca esquivan su camino
pues de agua y sal tienen plasmado el corazón,
pero imploran a la estrella de los mares 
los bendiga y asile en su tesón.





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Jorge Horacio Richino

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martes, 11 de septiembre de 2007

TU MORADA VACÍA




Como el cántaro
a la fuente fui,
una, dos, tres
y mil veces.

Como el torrente
de un río te seguí,
para llegar al aluvión
que permitiera desbordar mis aguas.

Como el viento silencioso
te busqué,
para frenar mis impulsos
de correr a toda prisa.

Como el fuego ardiente
me encendí,
para recordar el calor
que alguna vez tu cuerpo me ofreció.

Y me até a un pasado
sin regreso,
solamente para recrear
lo que nunca más sería.

Y aún sabiendo que
no se puede vivir en fantasía,
insistí siempre en volver
para cruzar el portal de tu morada ya vacía.






Jorge Horacio Richino Verdaguer
 Todos los derechos reservados.



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sábado, 8 de septiembre de 2007

SOY LIBRE




Soy libre...
como la naturaleza descontrolada,
o como las flores
que viven atrapadas en los jardines.

Libre... 
como el viento furioso
que no puede fluir a su placer
y muchas veces es detenido
por cosas que se interponen a su paso.

Libre...
como el agua de los mares,
que se encuentra prisionera
en sus propias profundidades.

Libre...
como los árboles
que quedan atrapados
en medio del incendio del bosque.

Libre...
como los astros
que siempre se manifiestan
en un punto fijo en el infinito universo
... cuando tal vez ya ni existan.

Y libre 
como los hombres
de este mundo tiránico,
que llegó con sus reglas
para romper con la autonomía original.

... Libertad que hoy ni siquiera
cuenta con un vocablo apropiado que le de sentido.





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Jorge Horacio Richino
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lunes, 3 de septiembre de 2007

ME FUI LLORANDO TUS LÁGRIMAS.





Me fui llorando tus lágrimas,
que no alcanzaba a comprender
y que me hablaban de algo grave entre nosotros.

Me fui llorando tus lágrimas,
tan inexplicables...tan sentidas
y tan extrañas para la ocasión.

Me fui llorando tus lágrimas,
que caían como gotas de mercurio
sobre mi corazón que alguna vez fue de oro para ti.

Me fui llorando tus lágrimas,
que quedaron en mi pañuelo
como último vestigio del ser que signó mi vida.

Me fui llorando tus lágrimas,
de las que no sabía interpretar su significado
y que me confundían en el preciso instante de tu llanto.

Me fui llorando tus lágrimas,
para poder entender más cabalmente,
si era cierto lo que comenzaba a intuir.

Me fui llorando tus lágrimas
que no afirmaban en concreto su causa,
pero daban a entender lo que te estaba ocurriendo.

Me fui llorando tus lágrimas
que aunque ya no brotan de tus ojos,
continúan inundando mi vida
que perece en un salado mar
... que antes besaba mi playa
y hoy me arrastra hacia la tempestad.



Autor: Jorge Horacio Richino - En Buenos Aires a los ocho días del mes de agosto de 2007 - Todos los derechos reservados.




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