miércoles, 19 de enero de 2022

EN LOS TIEMPOS DE LA ABUELA



Los recuerdos son recuerdos

y tiernos los más lejanos,

que en nuestro costado izquierdo

es donde los palpitamos.

 

Esos años con mi abuela

alrededor de su falda;

eran tiempos de rayuela,

previos a la minifalda.

 

Rápido pasaba el día

con instantes no grabados,

mas tendrían alegría

pues no quedaron marcados.

 

Mientras mis queridos viejos

se ganaban el sustento,

yo observaba en catalejo

desde el carajo de un cuento.

 

O me hacía una cometa

medio bomba, medio estrella,

con una cola coqueta

brillante como centella.

 

Era distinta la vida

y su ritmo más tranquilo,

nunca jamás aburrida

y el kilo, pesaba un kilo.

 

El almacén de la esquina

era paseo obligado,

te cuidaban las vecinas

cuando hacías los mandados.

 

Con los dientes... ¡Cuidadito!

Jamás entrar en declive,

elemental era el rito

con la crema Palmolive.

 

Peinado con fijador

alto en goma tragacanto,

el pelo era un esplendor

pegajoso como espanto.

 

Y con la redonda Pulpo

brotaban los malabares;

imitando a Arsenio Erico,

grande entre todos los grandes.

 

Y así podría seguir

con un sinfín de vivencias,

aunque este poco decir

evidencia mi frecuencia.

 

Y como dijo Manrique:

Que el pasado fue mejor;

los dejo con estos versos

cubiertos con alcanfor.

 

 

 

 

Jorge Horacio Richino

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