Pobre poeta desgraciado,
nunca alcanza a conquistar la fama;
pobre poeta enamorado,
ni siquiera llega a retener su dama.
Pobre poeta de bolsillos flacos
cuyo oficio es causa de la tal pobreza;
pobre en su alma donde siempre hay penas
que sabe contar con singular belleza.
Rico su espíritu de sentimientos nobles
que suele traducir en sus poemas,
no ceja nunca en continuar su oficio
que expira en la última gota de sus venas.
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Jorge Horacio Richino
Todos los derechos reservados.
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Poema simultáneamente publicado en:
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