No repares en mi...
siempre fui un solitario,
lo que consideras suerte
puede volverse en contrario.
Así como no tengo amor
tampoco tengo metálico,
me dicen el inconveniente
... de vida me resta un hálito.
No necesito consuelo
ni pretendo compasión,
pues si es con hipocresía
de hecho me dará dolor.
Los disgustos en amores
que me presentó la vida,
ya son más que suficientes
... lo reflejan mis heridas.
No trates de convencerme
pues ya no creo en las hadas,
me han hecho tantos conjuros
que mi alma está desgarrada.
Por eso te lo reitero
en este breve mensaje,
escrito un día cualquiera
en un ajado almanaque.
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Jorge Horacio Richino
Todos los derechos reservados.
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Poema simultáneamente publicado en:
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