sábado, 3 de abril de 2010

EL TELÉFONO NO SUENA.



Me pasé el día esperando
con suma preocupación,
el llamado telefónico
que pedía mi corazón.

Estaba loco... angustiado
y quebrado en mi interior
y el receptor no sonaba,
llevándome a la decepción. 

Necesitaba su voz...
tan siquiera una palabra,
para poder renacer
cual mágico abracadabra.

La campanilla callada,
totalmente enmudecida
mientras mis fogosas ansias
poco a poco se morían.

Es triste la situación
cuando se aguarda un llamado
... y esa voz que nunca llega
te deja mortificado.

Por tanto mi moraleja
rezaría lo siguiente:
"No esperes que tus anhelos
se cumplan tan simplemente".



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Jorge Horacio Richino.

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